Es la idea que
recoge el gurú del marketing Rohit Bhargava en su libro Non
Obvious. Y ha tomado como referencia el Teatreneu de Barcelona que para
hacer frente a la crisis y que consitió en cambiar la forma de poner precio a
sus espectáculos: sustituir el precio por entrada por el cobro de 30
céntimos de euros por cada risa que arranquen al público. Para llevarlo a cabo,
situaron una tablet provista de un programa de reconocimiento facial capaz de
medir la frecuencia con la que se ríe cada uno y dicen que consiguieron
aumentar un 35% los ingresos en taquilla, además de una gran repercusión en
medios. En realidad, la idea funciona a la perfección porque ayuda a
ganarse la confianza del público (además de hacerle reír) y, para Bhargava, la
confianza es la única clave que sirve para conservar la fidelidad de los
consumidores.
Otra sencilla
forma de granjearse esa confianza consiste en vender imperfección. Ser
auténtico y humilde hace a las marcas más humanas y mas cercana al público. Las marcas que
se empeñan en decir que son las mejores sólo generan la sensación de que
engañan. Por la misma razón, no conviene centrar nuestro discurso en lo que mejor
sabemos hacer, sino en lo que nos hace
diferentes en el mercado.
Te ayudará a
vender más que los mensajes machacones que incitan a comprar. Seducir al
potencial consumidor con un buen relato en torno a la marca (curiosidades,
anécdotas, aspectos de su fabricación, historia...).
El cliente
actual no quiere atarse por mucho tiempo a ninguna marca. Preséntale ofertas
para consumir en pequeñas dosis y estrategias de precios mínimos que puedan
aumentar y reducir cuando quieran.
¿Estáis
vosotros dispuestos a hacer esto? ¿o ya
lo estáis haciendo?, contarnos vuestra experiencia si es así y si no, vuestras
dudas, desde Blue Eyes os ayudaremos
en todo.
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